DE ALASKA A USHUAIA EN AUTO ELÉCTRICO: EL “PROYECTO SUSTENTABLE” DE TRES AMIGOS URUGUAYOS

Medio Ambiente 08 nov 2022
DE ALASKA A USHUAIA EN AUTO ELÉCTRICO: EL “PROYECTO SUSTENTABLE” DE TRES AMIGOS URUGUAYOS

Llamaron a la travesía “Electric Americas”. Partieron en junio y están registrando en un documental las historias de vida sostenibles de quienes conocen por el camino.

Las energías renovables son el futuro, eso queda claro al considerar el impacto ambiental de las tradicionales (fósiles: colmo el petróleo, el gas y el carbón), y a su inevitable agotamiento. Pero también hay quienes se encargan de demostrar que más que nunca, ya son parte esencial del presente.

Bajo esta idea como premisa, tres amigos uruguayos decidieron iniciar una aventura continental fuera de lo común y con un claro objetivo.

María Jesús “Tuti” Iraola, Oliver Umpierre y Martín Canabal se propusieron viajar desde Alaska a Ushuaia a bordo de autos eléctricos para registrar historias de vida sustentables en un documental, y en eso están. Partieron en mayo y, actualmente, transitan Sudamérica para cerrar el año en la Patagonia argentina.

“Electric Américas”, cómo nació la aventura que expone modos de vida sustentables

Electric Americas, como bautizaron al proyecto, inició antes de la pandemia y, mentalmente, desde otro continente.

Oliver, productor audiovisual y surfista profesional, y Tuti, geógrafa y consultora ambiental, están en pareja hace años y hacia 2019 vivían en Amsterdam, Países Bajos. “Un día, hablando con Martín (ingeniero mecánico), que vivía en San Francisco, Estados Unidos, nos dijo que se quería volver a Uruguay, pero sin viajar en avión”, cuenta a Iraola a El Cronista.

“Él ya tenía un auto eléctrico (un Tesla), porque allá es muy habitual, y nos dijo que la idea era regresar viajando así. ‘Les juro q es posible’, nos dijo. Y el objetivo era demostrar que podía hacerse esa ruta con el auto eléctrico”, relata.

No fue casual que extendiera la propuesta a sus amigos, debido a que la pareja también tiene una fuerte conexión con la naturaleza, la innovación y la aventura. “Siempre nuestro sueño fue hacer documentales para que cualquier persona se enganche, aunque no le interese puntualmente el tema, sino porque sea copado y de paso le estas transmitiendo un mensaje”, dice la joven.

La idea cerraba por todos lados, con lo que el paso siguiente fue comenzar con los preparativos y la logística que finalmente, llevó más de lo previsto. “Nos agarró la pandemia en 2020 y fue poner un año en pausa para hacer esta aventura, esta expedición. Fue un bajón pero también bueno para muchas otras cosas, para planificar”, rememora.

Finalmente, luego de reunirse los tres amigos en San Francisco, encarar la compra del auto que faltaba, preparar los vehículos y organizar la logística junto a la familia de Martín (que regresaría a Uruguay junto a su esposa Ana y dos hijos chiquitos) en junio partieron.

“Todo fue mucho estrés. Pero desde ahí manejamos hacia Washington, porque una empresa nos donaba el envío de los autos a Alaska, nosotros volamos, terminamos los preparativos y desde ahí arrancamos”, recuerda.

El desafío de viajar en autos eléctricos

Uno de los principales puntos a tener en cuenta al abordar una travesía en un auto eléctrico es contar con los suficientes sitios de carga. Considerando que sus vehículos podían transitar entre 400 y 500 kilómetros con la carga completa, estudiaron previamente el mapa de cada lugar.

“Hay una aplicación que va marcando los cargadores que están disponibles en todo el mundo. Es increíble que antes del 2020 veíamos que no había muchos en América latina; y ahora sí. Es una locura lo que creció, es muy positivo eso”, considera Iraola.

En este plano, destacan muchos factores a favor y algunos en contra. Pero, en todos los casos, aseguran que hay siempre soluciones al alcance. En algunos sitios, según relatan, como en los Estados Unidos y Canadá, al ser más grande el mercado, hay más cantidad de cargadores en lugares públicos, como en shoppings u hoteles. Sin embargo, la energía tiene un costo. En cambio, en América Latina hay una menor disponibilidad y, algunos de menor potencia, pero la recarga es gratis.

“Hay lugares en los que es un desafío, porque por ejemplo en el tramo desde Cartagena a Medellín, vimos previamente que no había cargadores, y con una sola carga no llegamos”, cuenta. “En casos así, lo que intentamos hacer es llamar a lugares que puedan tener carga a 220, a particulares o locales, por ejemplo”, apunta.

Es que, en definitiva, más allá de los lugares específicamente dotados con cargadores, lo que precisan, es una simple conexión a la corriente eléctrica.

En relación con lo demás, no hay diferencias entre un road trip a bordo de un auto tradicional. Lo fundamental, que de por sí es un desafío, fue acostumbrarse al estilo de vida nómade. “Por eso también la familia de Martín se sumó en algunos tramos del viaje nada más. Por momentos no pasamos más de tres días en un solo lugar, y para los chicos es más complicado. Ellos definieron en qué momentos se unían”, relata.

Vida sustentable, registrada

Uno de los objetivos de este viaje continental es realizar un documental en el que se compaginen registros de aquellas historias que conocieron, siempre con foco en la vida sustentable y en comunión con la naturaleza.

“La idea es hacer una docu-serie de varios episodios; mostrando las iniciativas y proyectos que vamos conociendo. Nosotros no queremos ser protagonistas”, explica Iraola.

“Y, por otro lado, queremos que se vean deportes y naturaleza: registramos a deportistas locales, creemos que la gente que está conectada con la naturaleza tiene otra forma de concebir al ambiente. Somos como el link entre los episodios; el viaje es la unión”, indica.

Este funcionará como el primero de lo que esperan sean nuevos y desafiantes proyectos. Aún en pleno viaje, planifican cerrar el año con el último destino de la lista: Ushuaia. “Después volveremos a Uruguay, a pasar el verano con la familia”, anticipa.

Travesía en auto eléctrico, en números

Si bien lograron contar con el apoyo de varias empresas que, según apunta Iraola, con las que comparten “valores”, el presupuesto para encarar el viaje salió principalmente de bolsillos propios.

“Algunas marcas nos apoyaron con servicios y productos, como el seguro médico, por ejemplo. Porque además nosotros practicamos deportes extremos. Pero después fue todo ahorro nuestro”, dice.

La idea es vender la serie una vez finalizada. “El costo principal fueron los autos, porque este año no estamos pagando alquiler, por ejemplo y es lo que gastamos en los hospedajes”, analiza. Además, con la posterior venta del auto, estiman recuperar un 50% aproximadamente.

Fuente: El Cronista.

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