Desde la entidad, reciclan ropa y la seleccionan para realizar sus propios productos que luego comercializan. Además, parte de lo recibido es destinado a un ropero comunitario.
A finales de 2020, un grupo de vecinas se organizó grupalmente en pos de buscar una forma de obtener un ingreso más para su hogar. Así nació la cooperativa Las Violetas, que funciona en el centro comunitario ubicado en la calle que lleva el mismo nombre, en barrio Las Acacias.
Isabel, Pilar, Julia, Macarena, Federica, Victoria y Daniela son algunas de las mujeres que impulsan la cooperativa. De esta manera, los lunes y miércoles las vecinas se reúnen para llevar adelante su labor.
A partir de la ropa recibida mediante donaciones, las mujeres las clasifican con distintos fines: una parte, la que está en mejores condiciones, la destinan al ropero comunitario que funciona en el espacio. Mientras que, al resto de la indumentaria la transforman en productos elaborados artesanalmente, como bolsos marineros, bolsas de compras, delantales, colitas para el cabello, toallitas de tela femeninas y, en época de pandemia, su artículo destacado fue el barbijo.
En diálogo con El Diario, las vecinas contaron la historia de la cooperativa. “Al principio, nos conocimos porque desde el centro comunitario entregaban comida. Después, Camila (Perassi) tuvo la idea de hacer una cooperativa de mujeres”, contó una de las presentes y agregó: “Nuestro trabajo consiste en reciclar ropa, arreglarla y hacer cosas que se puedan vender desde la cooperativa”.
“Somos todas vecinas del barrio, nos gusta porque, además de generar un ingreso, acá podemos venir con nuestros hijos, conocernos y darnos una mano entre nosotras. También, usamos este espacio para realizar talleres, como por ejemplo de gestión menstrual”, relató otra de las mujeres.
En ese sentido, indicaron: “Esto nos ayuda a unirnos como vecinas, porque a medida que vamos haciendo las cosas, charlamos sobre nosotras, el barrio y aprendemos mucho”. “Empezamos como comedor, llegando a dar 300 porciones al día y después, con la cooperativa”, añadieron.
Aprender un oficio
Cabe destacar, que la cooperativa surgió a partir de la militancia de Perassi y otras mujeres de La Campora en el barrio. En ese marco, una de las militantes precisó: “Queremos pensar a las mujeres en los territorios en otras formas de proyectos, que tengan sustento económico y la posibilidad de aprender un oficio”. “Pensamos en reciclar la ropa porque la industria textil es de las industrias que más aumento e inflación tiene en nuestro país, entonces también tiene que ver con la posibilidad de hacer circular ropa y que la gente la use”, señaló.
“Por eso, las donaciones que por ahí no están en condiciones, porque están rotas o manchadas, las adaptamos a otras formas, otros productos para darle un nuevo uso. La cooperativa apunta con la economía circular. En nuestras redes (@lasvioletas.coope) nos llegan muchos mensajes de gente que, por ejemplo, donó una camisa y luego la ve transformada en una bolsa y le emociona ver ese proceso”, argumentó.
Además, resaltó: “Creemos que los espacios territoriales funcionan como sostén de las mujeres y esta es nuestra experiencia en el barrio desde 2015 a la actualidad. Siempre nos involucramos mucho más nosotras, nos unimos mucho más las mujeres en pos de organizarnos, primero con la olla popular, el ropero y después la cooperativa”.
“Como decía una de nuestras compañeras, podemos armar redes entre nosotras, que nos escuchemos y que podamos hablar con confianza. Con la cooperativa intentamos demostrar que si las mujeres nos organizamos, nos unimos, nos acompañamos, nos sostenemos, nos damos una mano entre nosotras, soñamos colectivamente, vamos a poder”, afirmó.
Por otra parte, las vecinas resaltaron que quienes deseen colaborar con la cooperativa, además de ropa o telas, pueden donar agujas de coser, hilo, tizas o fibrones, tijeras, botones y demás elementos ligados al rubro.
Fuente: El Diario Cba.
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